miércoles, 1 de julio de 2009

Una noche, en un bar





El absolut de arándano huele a bosque salvaje y hielo.... ella traga de a poco cada sorbo e intenta respirar calmadamente, no es aconsejable que él se dé cuenta del temblor de sus manos que pasan del frío al calor caprichosamente. La conversación fluye sin restricciones, desde todos los flancos... los hijos, las decepciones, esa palabra que nadie quiere utilizar, pero que es la única que sirve para esta ocasión: la soledad. No importa: afuera llueve sin tregua, pero en el bar que eligieron deliberadamente para encontrarse, donde nadie los juzgará ni interrumpirá, las luces blancas y rojas forman una cálida atmósfera ideal para este encuentro. Los demás se ríen, coquetean, se embriagan, ella sólo intenta no delatar su temblor y su incredulidad. Es divertido escuchar sus historias de infancia en medio de los cerros, los amigos y el remo. El absolut se termina y tintinea el hielo en el fondo del vaso. El también ya terminó su whisky, el alcohol sube rápido por su sangre y le nubla la lucidez, ahora sólo importa el lento avance de sus caricias por su mano, su clara mirada sobre su piel, y el seguro avance hacia su boca ávida de la suya. Afuera sigue lloviendo y ya todo el mundo partió raudo a otros boliches a bailar, ellos siguen ahí mirándose absortos e incrédulos ante lo que comienza a suceder .....

4 comentarios:

Viento Andante dijo...

Y es que claro, la sensacion del alcohol acompañado con la mirada profunda de esa buena compañia, nervios y entreluces, es embriagante.

Udo dijo...

Creo que con ese "huele a bosque salvaje y hielo" lo dices todo. No se si después de esa frase quede algo para la imaginación, en que el alcohol es la leña que avivará el fuego que no se apagará hasta el amanecer. Hasta que la lluvia amaine y de paso a los primeros rayos de luz solar.
Un beso y un abrazo. Que estés muy bien, preciosa.
Sal-udo.

Pelusa dijo...

uff, que buena descripción de un momento tan especial, de tensión, de controlada pasión...que nervio!!!

Manuel dijo...

Aún me queda el sonido del hielo tintineando.. el fin del vodka y el comienzo del otro "beberse"- Precioso, Claudita...
Un beso de tu amigo postergado.