miércoles, 4 de noviembre de 2009

Días de campo






La misión era rescatar esos codiciados huevos azules, del mismo lugar donde ponían las gallinas, había que adentrarse en el oscuro gallinero y evadir al gallo, receloso y protector de sus concubinas..... el huevo azul aún latía caliente en nuestras manos de niños traviesos..... nuestra abuela pronto los convertiría en huevos a la copa, con pedacitos de pan crujiente.

Cada domingo era una aventura...... quién sacaba más manzanas de los árboles pequeñitos que daban unos increíbles frutos muy rojos y ácidos, que nunca más he vuelto a encontrar. En la tierra revuelta del huerto, las papas crecían oscuras, misteriosas y generosas..... las zanahorias y rábanos, reventaban pronto los brotes bajo el sol candente del verano, nuestras manos no resistían el extraerlas de cuajo del barro duro..... las lechugas..... verdes y explosivas se aglomeraban en ordenadas hileras que regaban con agua de pozo. Mientras, mi abuelo luchaba porque los pájaros no le comieran las tímidas frutillas que se asomaban entre las hojas y maldecía el origen de la peste que dejaba al nogal con frutos negros y vacíos, ocultos bajo la dura cáscara.... Todo olía a sol, a alegría y a verano.... inventamos con mi hermano, un artefacto consistente en una varilla y un tarro atado a la punta, así los membrillos nunca se nos escapaban de la trampa que torcía las más altas ramas.

Pies descalzos en la tierra mojada, insectos pequeños y mi abuela sacando el pan horneado del horno de barro y paja que mi abuelo le construyó, el pan amasado normal a la derecha, el sin sal, estaba a la izquierda.... se nos pasaba rápido la tarde de domingo en ese micromundo vegetal y animal.... cosmos de olores y sabores que sigo buscando aún hayan pasado los años.....

viernes, 25 de septiembre de 2009

Crónicas policiales.

(foto: pgalvan)

La cachetada suena seca y rabiosa en medio de la sala de espera del tribunal...... la mujer está con los ojos exhorbitados por la rabia y no se ahorra ninguna forma de hacerle ver a su hijo de sólo 14 años, flaco, esmirriado y moreno como todos los de su tipo, su más honda decepción. El chico está cabizbajo, junto a sus hermanos acaban de salir en libertad , los detuvieron robándole a un transeúnte un teléfono celular; los tres se ven arrepentidos y con suerte, recuerdan el nombre de sus padres cuando el juez, con total frialdad y dureza, les exige más información.

Me conmueven, pese a todo: a la puerta giratoria, a la violencia en espiral, al nuevo y exitoso sistema penal. Siento la cachetada en mi mejilla, la lágrima reprimida y el regreso al pobre hogar materno, donde tres hermanos crecen esperando nuevas palmadas.....

Afuera del tribunal, un hombre espera un veredicto... está nervioso y fuma, el lugar se torna inhóspito y frío.... se enfrenta a su destino y a nadie le importa, es sólo él y sus actos, sus cargos y su condena.... un perro se le acerca tímido, y entonces, se derrumba: se abraza al animal, como único ser viviente que lo puede acompañar en ese momento, el perro se queda quieto y acepta los cariños de este hombre duro y seco que, por unos momentos, se olvida de su destino....

Cerca del lugar... funcionarios policiales irrumpen en un modesto hogar, hace diez días que compañeros de trabajo echan de menos a su amigo, siempre puntual y cumplidor.... Lo encuentran tendido en su cama con un vaso de agua en la mano, diez días lleva ya muerto y el golpe de olor a podredumbre se siente apenas derriban la puerta, olor a insecticida también se percibe..... no hay cartas .... salvo que en el velador de su dormitorio hay una hoja escrita..... una canción..... que se entona en los funerales de los hombres de campo..... una vida anónima que tb culmina en un anónimo final.....

lunes, 13 de julio de 2009

Casi en serio




Entre las sábanas colorinches da lo mismo el enredo, un brazo, un dedo, un cuello. Él busca la confusión en medio de la oscuridad y las risas.... Está oscuro afuera, casi es peligroso mirar más allá de la cerca....adentro las siluetas se confunden con los espejos, las alfombras rojas...y la música de radio AM.

Se supone que debía ser un encuentro apasionado... ambos lo saben muy bien, por algo ella estuvo toda la tarde escogiendo su mejor lencería y él se perfumó más de la cuenta.... se supone que de un momento a otro, las buenas maneras pasarán a suspiros, latidos y prisa. Pero el momento se detiene en las palabras, en la historia de las abuelas, en los almuerzos familiares y en las anécdotas. Por más que lo intente sus caricias sólo generan cosquillas y mucho alboroto, no era ésto exactamente lo que habían planificado... sin embargo la pasión llega pronto y es una lluvia de música y calor que no logran aplacar.


miércoles, 1 de julio de 2009

Una noche, en un bar





El absolut de arándano huele a bosque salvaje y hielo.... ella traga de a poco cada sorbo e intenta respirar calmadamente, no es aconsejable que él se dé cuenta del temblor de sus manos que pasan del frío al calor caprichosamente. La conversación fluye sin restricciones, desde todos los flancos... los hijos, las decepciones, esa palabra que nadie quiere utilizar, pero que es la única que sirve para esta ocasión: la soledad. No importa: afuera llueve sin tregua, pero en el bar que eligieron deliberadamente para encontrarse, donde nadie los juzgará ni interrumpirá, las luces blancas y rojas forman una cálida atmósfera ideal para este encuentro. Los demás se ríen, coquetean, se embriagan, ella sólo intenta no delatar su temblor y su incredulidad. Es divertido escuchar sus historias de infancia en medio de los cerros, los amigos y el remo. El absolut se termina y tintinea el hielo en el fondo del vaso. El también ya terminó su whisky, el alcohol sube rápido por su sangre y le nubla la lucidez, ahora sólo importa el lento avance de sus caricias por su mano, su clara mirada sobre su piel, y el seguro avance hacia su boca ávida de la suya. Afuera sigue lloviendo y ya todo el mundo partió raudo a otros boliches a bailar, ellos siguen ahí mirándose absortos e incrédulos ante lo que comienza a suceder .....

martes, 16 de junio de 2009

Y de pronto.....



Años extraños se suceden a los años uniformes y vacíos.... de pronto la sorpresa de lo inaudito irrumpe en los minutos de un sábado.... un sábado desordenado y bullicioso, con cascabeles, pasteles y café.

De pronto aparece el extraño resplandor de su sombra y la risa traviesa de la aventura ... los minutos entonces se vuelven tan lentos y complejos, que sólo un oleaje de palabras atolondradas calma el momento de tensión.... toma el café para contagiarse del calor y me sorprendo en el mismo gesto inconciente.... luego vienen los libros, los viajes y hasta el Che aparece en el medio... quien iba a saber que la pobreza de los barrios cubanos, los ocho años de separación, y la indiferencia de los hijos que crecen iban a hacernos cómplices de una noche de sábado.

domingo, 22 de febrero de 2009

El que era mi barrio

( Fotos de la web, casona de unas hermanas aristócratas en calle Victoria, un
incendio la destruyó)


La barraca de calle Chacabuco bulle en la mañana de ruidos, sierras, voces, ajetreos, olores a coigue, raulí y cedro...Un chispazo de memoria me duevuelve a los plácidos años escolares.
El Sr. Ewitt era un viejito taciturno y afeminado, parecía un conde perdido en sus pañuelos de seda y sus ternos italianos, escribía con pluma de tinta y se perfumaba en Casa Flaño, no me cuadraba esa imagen con las clases del taller que nos impartía; en medio de un salón abadonado y mohoso, debíamos aserruchar maderas, comprimirlas en tornos, lijarlas hasta el cansancio, sacarles su belleza... " siga la veta...." nos decía como si puliéramos ébano. Nos hacía comprar en la Botica Victoria tierras para teñir: nogal, laurel, cerezo, cientos de opciones. A veces escuchábamos a Wagner o Bach en su taller. Comprábamos gomas de colores, compases y grafitos en la librería Milán, una pequeña tiendita de útiles escolares donde podíamos transar bolitas de vidrio por pequeños y adorados sacapuntas.

Caminaba todos los días a mi casa en calle Victoria; entonces el Hospital Deformes se alzaba triste y resignado de su próximo destino: la demolición. En sus puertas, seres dolientes entraban y salían buscando sanación.
Los domingos tocaban las campanadas de la Iglesia Los Doce Apóstoles llamando a la misa matinal, mi abuela nunca pisó una iglesia, pero se levantaba con las primeras campanadas a preparar el almuerzo dominical con devoción de ritual, previamente ya había comprado todos los ingredientes en la Feria de la Avda. Argentina, donde había discutido con sus caseros sobre el precio de las papas y las cebollas.


(antigua calle Deformes, ahora está el Congreso)


El mediodía llegaba a este barrio alegre y sencillo, la Iglesia de San Juan Bosco aún lucía sus antiguos frisos, arquitectura y su jardín de quietud, antes que el terremoto del 85 la echara abajo sin piedad.

La calle Victoria ofrecía, un día domingo, la única oportunidad de verla en total silencio, los lunes ya comenzaba su trajín de mercaderes árabes y sus tiendas de camisetas y calzoncillos largos, las viejitas de peinado lacado siempre abrían puntualmente; mientras limpiaban las miles de cajitas de botones de colores, cintas y agujas. Los españoles lustraban sus zapaterías olorosas a cera y en los emporios, se cortaban trozos de queso, se esparcía de aserrín la entrada y se ordenaban los dulces de anís y los de violeta que costaban un peso (!).


(tipo de emporio porteño, hoy quedan ....dos?, foto de la web )

Pasaba lento el día domingo en mi barrio, pero así era la vida... lenta y dulce como el olor de los kuchenes de mi abuela, la siesta nos preparaba para una nueva semana de exigencias escolares, mientras nos almidonaban los cuellos de las camisas.....

martes, 10 de febrero de 2009

Nómades del mar




Apenas cruzo el Canal de Chacao comienzo a sentir una paz inmensa, todo es azul, salvaje y apacible a la vez. Adivino delfines y un viento suave e insolente.
Piso la más grande isla chilena y de inmediato respiro de otra forma. Todo es cálido: los trigales rubios que se mecen con el suave viento matinal, las casitas con tejas desgastadas por la lluvia que intuyo, inclemente en el invierno. Por las ventanas cuelgan cortinas de crochet, hiladas dulcemente en las tardes tranquilas del sur, en la cocina huele a pan recién hecho, a tortillas y papas asadas.
Respiro lo más profundo que puedo, quiero impregnar mis intestinos y pulmones con esa materia transparente y olorosa de este aire. Huele a maderas perfumadas, a nalcas verdes y frondosas, a eucaliptus, a leña, a mar.



Una niebla suave llega al pueblo, humedece los prados y las tejas, las ventanas se tornan naranjas, el humo de las chimeneas comienza a salir.... llueve suavemente en pleno verano.




Camino sin rumbo, camino, imagino que me miran de las otras islas, esos hombres del sur que ya desaparecieron. Leo por ahí que las antiguas etnias del sur extremo desaparecieron más que por el alcohol y las enfermedades, porque aprendieron a mendigar de los blancos. Se les aquietó el alma, perdieron el instinto de caza, la lucha por sobrevivir, bastó con levantar la mano y recibir tabaco, alcohol y ropa. Onas y alacalufes desaparecieron.

Aunque no estoy tan al sur, me los imagino en estos bosques como catedrales, caminando libres en la humedad y el frío, disfrutando del mar y su generosa ración de cada día, del sol, de las raíces y las hojas. Achao, Dalcahue, Quemchi, San Juan, Tocoihue , quedan en mi recuerdo como un paréntesis de paz y alegría antes de volver a la urbe desolada y gris.

domingo, 11 de enero de 2009

Oráculos y sincronías



"Deja que la existencia siga su curso..." me dice, de pronto, esta viejita chica, arrugada y vestida de túnica lila y flores chillonas. Se ríe . Me río. Todo es raro. Saco una carta con una diosa de origen nórdico (Freya) , me habla de dar rienda suleta suelta a la creatividad y el eros, me incomodo. A nadie le puede gustar que le hablen de Eros ante desconocidos, no?. Sonríe y me habla de los milagros del universo, del abandonarlo todo, de volver a empezar. "Yo era lo que tú eras, sabes? y me aburrí de mentir", me explica.
Y sí, yo también estoy aburrida de mentir y mentirme. ¿Hace cuánto tiempo que esto se transformó en un escenario? no lo recuerdo.... ¿hace cuánto tiempo que los otros pasaron a ser fantasmales siluetas, con voces distorsionadas y risas absurdas?. La viejita chica y arrugada toma su mochila y corre por la ciudad, me pide que nos volvamos a ver.... que por algo hoy, hicimos conexión....