miércoles, 23 de febrero de 2011

Sólo late


Todas las tardes un hombre llora en su habitación.... afuera la vida continúa como si nada, se sazonan las sopas y se endulzan los postres, los camiones y vehículos pasan raudos por la carretera y hacen temblar los vidrios de su habitación. También a veces cae una lluvia ácida, crecen los matorrales amarillos y en las noches de invierno, hierven los escombros al borde del camino, como lava que late en su último fulgor.

En su habitación, el silencio se propaga, crujen las paredes, entra la luz enrarecida de la mañana .... entonces, él llora.... pero no se escucha ningún sonido, es un llanto silencioso, contrae la cara, caen lágrimas, cierra los ojos.... pero nadie escucha nada. Sólo su mujer lo asiste solícita y lo consuela.... no hay nada más que hacer.... sus pulmones ya no resisten la erosión de tantos años respirando metales pesados en la fábrica .... por eso su cuerpo ahora está atado a la cama clínica y hasta la sopa la recibe de otros. Sus compañeros saben cómo está, pero prefieren no venir, así olvidan que seguro un día de éstos, también quedarán atados a sus camas.

El sólo espera..... y llora en silencio....

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