martes, 15 de marzo de 2011



En la casa del mundo estamos a salvo.... el mar se torna oscuro y amenazante, un velo de sal y gotas de agua congeladas avanza sobre la costa..... en el aire hay un espeso olor a miedo...... todos queremos volver a refugiarnos al rincón más pequeño de la casa.....
En la casa del mundo miramos el mar de frente, en pleno invierno, cuando el oleaje se sale de su cauce y enfurecido, golpea contra la tierra, también cuando esperamos la tormenta y el agua se torna verde, tornasol, sospechosamente tranquila y a la vez agitada, contemplamos el mar los días de verano, sus reflejos azules y plateados, calman la rabiosa necesidad de partir más allá de este horizonte pequeño...

Hoy nuestra casa parece levantarse de la piedra y enfrentar el mar con la valentía de la ignorancia. Adentro están las fotografías de los cumpleaños infantiles, las copas azules con las que alguna vez brindamos, las muñecas de lana que trajimos de los mares australes, los cuadernos , los diccionarios y los disfraces.

La casa del mundo alguna vez se transformó en una amenaza, sus paredes parecían desplomarse sobre mi alma sonámbula y apretada. Ésta vez soporta estoica el viento sibilante, las gaviotas atolondradas y la conspiración de todas las mareas.


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