
Domingo..... 21 hrs. recurrimos preocupados a la posta de Valparaíso , mi hermano sufre de intensos dolores lumbares atribuíbles a los desagaradables cálculos....... de mi tarde apacible y
dormilona del domingo, caigo en el mundo real....... decenas de rostros sin vida esperan con tedio su turno, nadie se incorpora, a nadie parece importarle mucho lo que pasa alrededor...... ni siquiera el funcionario que nos atiende que, sin mirar siquiera por sobre su computador, sólo se remite a darnos hora y turno........Luego viene la lucha por conseguir un asiento en ese sombrío y lúgubre lugar, con la pintura gastada y ese olor tan particular a material quirúrgico, a sangre y a sudor...... nadie hace ademán de cederle el asiento a mi hermano que sufre como animal .... optamos por sentarnos en la vereda, mientras a nuestro alrededor pasan hombres esposados, escoltados por carabineros, acuchillados, un curadito que le llegó un feroz golpe en la cara y que la tiene desfigurada, una mujer que llora sin consuelo de la mano de una pequeña niña, carabineros, otra vez.... lo increíble es que nadie se inmuta, una realidad demasiado cotidiana tal vez
Esperamos más de dos horas que lo atiendan, mientras al igual que el resto de esta silenciosa y desperanzada sala de espera, nos evadimos mirando un televisor donde gente rubia, delgada y con muchas lucas explican todos los mimos y cuidados que les proporcionan a sus perros, trajes de tutú, baños, peluquerías y premios, en un mundo de utilería y ridiculez que contrasta con la noche que ya llega en una sala de hospital una tarde de domingo