domingo, 17 de febrero de 2008

Tiempo de acopio


Escuché esta frase no sé dónde, creo que en una carta de Roberto Bolaño, mientras escribía de día y de noche cuidaba un modesto camping allá en Barcelona, aún no sospechaba la fama, la envidia y las editoriales.

Me quedé pensando en esa idea: y de inmediato recordé algo que tiene que ver con mi infancia y que inconscientemente repito cada año ad infinitum.....: amo el sol como nadie, ... lo busco febrilmente durante todo el verano.... me lleno de pecas y marcas, pero lo busco cual lagartija sedienta de calorcito , amo el olor de la piel tostada y bronceada....me recargo de buenas vibraciones .....pongo mis almohadas y sabanas al sol para recordar cada noche su olor.

Entonces recordé un cuentecillo infantil en que un duende solía tomar sol por las tardes de otoño y ponía muchos frascos al sol, éstos se llenaban de fosforescente calor para luego en la época de las lluvias y el frío, disfrutar de tan precavida acción.

Y entonces caigo en la cuenta que acopio sol para el invierno , pero no sólo eso: también recuerdos, buenas experiencias , sensaciones y olores.

Así mi acopio de este año está mezclado de tardes de sol, de piscina, de albahaca, de romero,
de risas infantiles, de playa, de lecturas y siestas..... claro que también tengo recuerdos
de tristeza tras la muerte de Claudino y de reencuentro, con una amiga con quien nos habíamos alejado sin saber bien por qué y ahora nos hemos vuelto a mirar a los ojos y recordar cuanto de ella me marcó y cambió el rumbo de mi vida: su gusto por la cocina, su visión mágica del mundo, sus aromas y sus historias de Brasil , sus viajes, su sentido fantasioso de vivir la vida y de reconstruir la realidad , obviando un poco la fealdad diaria y los aburridos quehaceres cotidianos armando una historia increíble para cada cual ...... me gusta adherirme a su sombra suave y positiva, a sus risas e historias......

En este tiempo de acopio intento no desconectarme de mi hija que salió al mundo a buscar aventuras y hoy se ha instalado en Borg Argental un pueblito medieval francés, siento una proyección de mí misma cuando, joven aún, también quise largarme al mundo, un anhelo que sigue intacto en mí y de vez en cuando viene a inquietar mi sueño......






(Borg Argental, France)

2 comentarios:

Manuel dijo...

Qué lindo lo que escribes... eso de acopiar calores en frascos que bien pueden ser imaginarios reservorios en la piel. Almacenamos el calor, los recuerdos, las risas, las comidas ricas y suaves del verano y sus vegetales vitalizantes.
De todas formas, también soy un amante de la lluvia y su melancólico llamado al encierro en el hogar.. adoro el invierno con sus movimientos lentos y blancos...
Saludines y un abrazo con solcito.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

enviémosle un frasco a tu hija viajera.
besos vecina.