martes, 4 de diciembre de 2007

Detesto la Navidad con toda mi alma, desde que soy adolescente, esa mezcla de consumismo frenético disfrazado, de calor insoportable y de neurosis colectiva, sencillamente me supera , pero casi siempre me hago a un lado para no pasar de amargada para el resto que pierde la cabeza en las multitiendas o se quiebra las neuronas pensando qué le comprarán a los hijos, cuando los cabros a los pocos días ya están otra vez maravillados con corchos, botones, palitos y cucarachas ( y son tan baratas!!!!!!)

En fin, me las ingenio para escaparme un rato y manejo por las calles solitarias y oscuras, mirando por ahí a los que, como yo, no están ni ahí con tan ridícula fecha , a veces me da ataque de solidaridad y termino sirviendo cenas para los indigentes en el Mercado Cardonal de Valparaíso o haciendo chistes de un oscuro humor con mi hermano, tan proclive como yo a ir contra la corriente.

En fin....., sin embargo hay un recuerdo que puedo rescatar de mi infancia y que está ligado a la Navidad: mi abuela, una señora alemanota , gordita , chistosa y vehemente, que cocinaba como los dioses y nos cuidaba como leona en celo , se le ocurrió coserles vestidos a todas mis muñecas. Yo tenía como 12 muñecas , y ella se las ingenió no sólo para hacerles una tenida a la medida a cada una, sino que tb, las muñecas más queridas por mí, tenían los mismos vestidos que los míos!!!!! . Así, si yo decidía salir de paseo; mis muñecas iban combinadas conmigo. Es el mejor recuerdo de mi infancia: mi abuela y mi sorpresa de niña a la mañana siguiente de la Navidad. Claro que tras ello me quedó claro que el Viejito Pascuero no existía: ..... ¡¡¡¡¡¡¡nadie se manda semejante pega !!!!!!!!!!!!! (excepto las abuelitas, of course).

10 comentarios:

Manuel dijo...

Comparto tu aversión por la navidad. Al igual que la Teletón, me revienta el cinismo de las empresas por pasar de blancas y solidarias, pero en el fondo de frotan las manos con sus ingresos increíbles y su imagen de familiares.
Destesto también ese discurso que apela a la "familia", tan típico en estas fechas. Vincular la felicidad de los niños con el hecho de tener un juguete sujeto en las manos, me violenta al extremo.
Tal vez mi espíritu Eveneezer Scrooge viene de mi época de estudiante universitario sobreviviente. Por esos años, debía trabajar cada navidad en el mall, con el objetivo de hacerme las lucas necesarias para comprar regalos a la familia y hacer algo entretenido en las vacaciones. Ahí fui testigo del consumismo frenético, el malhumor y frustración excerbado que parecía poseerlos a todos. Lo que se suponía como una "fiesta feliz" terminaba siendo una maratón asquerosa, con endeudamientos, stress, aglomeraciones y explotación laboral a cuestas. Recuerdo que lo más feliz era compartir con los compañeros de tienda hacia el final.. brindas con colemono y un trozo de pan de pascuea y jugar al amigo secreto. Intentábamos hacernos regalos simples, pero significativos. Así, recibí libritos de bolsillo, llaveros simpáticos, chocolates afrodisiacos y una que otra tarjeta muy emotiva.
Hoy intento continuar con esa sencillez significativa. Me encanta, por ejemplo, la alternativa de regalar juguetes didácticos de madera a los niños... o idear una linda tarjeta o preparar un buen pastel. Hay tanta rienda suelta que regalarle a la creatividad. Qué esta fecha sea una oportunidad para ello!, tal como lo entendía tu entrañable abuelita.
Besos

Tristancio dijo...

La navidad marca aún más las diferencias sociales, haciendo más triste la vida de los niños pobres en esta fecha... la navidad es de los otros, la felicidad también.
Por navidad, los ricos ajercitan la caridad enchulando juguetes viejos... así, se sientan a la diestra de dios padre. En fin...

Tampoco celebro navidades, y no precisamente por mi falta de fe ni por mi descreimiento sin remedio, aunque, a veces, florece un árbol de pascua en algún rincón de mí, que me recuerda el ingenuo rito de esperar, como cuando era niño.

Feliz "no navidad" entonces :)

Gonzalo Villar Bordones dijo...

Vecina: celebremos entonces el solsticio de verano, busquemos el sol, abracemos a nuestros hijos, miremos el mar que está contento de ser nuestro amigo.

Claudia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Claudia dijo...

Jajajajaja!!!, pero Claudia por Dios como tanto, es como si no te gustara el 18 por que hay olor a empaná y asado...a mi encanta no tanto por que recibiré algun regalito sino por la cara de felicidad de los niños al saber que el viejito (o viejo de mierda para ti)jajajaj!!!, les trajo lo que querian..es bonita la navidad...asi que nada de cosas y teni que ver el primer capitulo de Jesús que obviamente lo transmitira TVN...jajajaj!!!

JO JO JO

Claudia Rodolfa...

ALEC dijo...

A mi también me carga la Navidad aunque no ésta en sí misma sino el "ambiente navideño" que la precede y la consiguiente invasión de consumismo, histerismo y varios otros "ismos" más.
No me interesa mucho el rescate del sentido cristiano de la Navidad, más bien he intentado encontrarle un sentido familiar que me agrada más. Pero sí estoy decididamente en contra de la dictadura sicosocial que ejercen las multitiendas y las cadenas de retail en general para imponer en las mentes de los "consumidores" una asociación nefasta pero no menos arraigada a estas alturas: Navidad significa dar y recibir... regalos. Cómprelos a la tasa más conveniente, sin pie, sin comisión y con la cuota más baja del mercado. ¡No se lo pierda, es por pocos días!
Filo... me dirán lo que quieran pero yo no doy regalos de Navidad y tampoco espero recibirlos. Protesto, carajo.

Violeta z dijo...

Jajaja!
Unámonos al clan... Yo tb odio la Navidad... Si la celebro es estrictamente por el Nico, pero por mí que pase luego.
Prefiero mil veces el exorcismo simbólico de año nuevo...
Saluditos, amiga!

Anónimo dijo...

Brujita, entiendo perfectamente tu sentimiento por estos días, pero tal como lo hizo tu abuelita, deberías darle su toque diferente a esta celebración. Para qué caer en el mismo consumismo e histeria de todos; de manera sencilla pero con cariño, se puede hacer algo distinto.

Besitos

Anónimo dijo...

Estas fechas, que nos insertan desde Octubre, con campañitas y coritos, hacen deprimir por el paso de los años, sentir más dura la soledad, o las malas relaciones familiares, o la falta de dinero y ganas de "estar feliz a la fuerza", porque la masa debe estar así. Si Jesús hubiera querido que lo festejaran, sería un día conocido y celebrado en paz,no esta pesadilla consumista.
Estoy con l@s solitari@s, l@s pobres, l@s huérfan@s, l@s pres@s y hospitalizad@s, los deudos, y todos los que piensan igual.

Anónimo dijo...

Yo también detesto la navidad ,pero por un motivo màs que el ya mencionado consumismo sin sentido y la falsa cordialidad.
Para mi la navidad significa pérdida.
El dia de año nuevo del año 1997 murio mi hermano.Era lo màs querido para mi en el mundo.
Era mùsico,tocaba en la noche en una fiesta de noche vieja y en la mañana temprano,debia venir a buscarme a mi respectiva fiesta.
Las prisas,las malditas prisas y presiones por cumplir con la maldita tradicion de comprar el chocolate caliente para el desayuno de la familia (cuàndo podria hacerse cualquier dia) le mataron.
No puedo con la navidad,es superior a mi.
En esas fechas suelo trabajar todas las horas que pueda (mis compañeros bien contentos) o irme de viaje a algùn lugar càlido ,donde no vea nieve,ni abetos,ni chimeneas encendidas ni nada que me la recuerde.
Un saludo.